Una de las más nefastas consecuencias de la teoría de la Relatividad de Einstein es que desde entonces el científico olvidó ya que hay un tiempo absoluto.
El Tiempo Absoluto se caracteriza por una propiedad inherente fundamental, la de que todos los vivientes del universo físico estemos coexistiendo un mismo instante, Ti, llamado “Presente”, desde el instante inicial T0 en que el Universo fue creado por Dios, hasta el instante final Tf en el que llegará la consumación de los tiempos. Esto se traduce en una serie de características que debe tener, y que realmente tiene el Tiempo Absoluto, tales como capacidad de ser medido universalmente, estabilidad, inmunidad ante los cambios del entorno… Este punto está siendo muy bien implementado en la teoría del éter llamada ‘modelo ALFA’1 del físico Dr Robert Bennett.
Para la sincronización universal es necesario la existencia de un Cronómetro Universal que abarque cada punto del universo, es decir, que cualquier observador situado en cualquier lugar pueda determinar el instante Ti sin más que observar este CU. La idea de “Relatividad” es lo más anti-absoluto e incongruente que uno puede imaginarse, cada observador físico con su propio cronómetro específico, todos diferentes, con la imposibilidad de hablar un lenguaje común, lo que para una persona sería verdad para otra sería falso, incluso sería imposible la misma actividad de pensar2, además del surgimiento por doquier de paradojas irresolubles. Precisamente para que pudiésemos comunicarnos y razonar de manera congruente, Dios creó exnihilo un Universo provisto de un Cronómetro Universal. El sol, la luna y las estrellas fueron dispuestos para que constituyeran un calendario según Gen 1.16, y el firmamento rotando universal, estable e inmunemente, para así separar el día de la noche de tal manera que todo observador pueda utilizar esta rotación uniforme como Cronómetro, en definitiva estamos hablando del tiempo astronómico que los científicos, y todos los hombres, hemos venido utilizando siempre.
Pero en 1960 los heliocentristas comenzaron a pensar que la rotación de la Tierra (sic) no es uniforme por diversas causas, tales como fuerzas de marea o debido a las interacciones gravitatorias con el Sol y la Luna (sic). Y en 1967, cuando ya los relojes atómicos estaban bastante desarrollados se decidió oficializar el llamado Tiempo Atómico Internacional (TAI), basado en estos ‘relojes atómicos’ que se suponía poseedores de “una extraordinaria precisión”.
Según el TAI, “un segundo es la duración de 9.192.631,770 periodos de la radiación emitida en la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del átomo de cesio 133, a nivel del mar (con campo magnético cero)”3.
Obsérvese cómo en la definición se indica que la medición de los periodos del Cs-133 debe realizarse al “nivel del mar”, la razón para ello es que estos periodos dependen de la intensidad gravitatoria. También se menciona a la necesidad de “un campo magnético nulo” pues los periodos también varían con la intensidad del campo magnético. Y es que el Tiempo Atómico tiene estos y otros muchos problemas inherentes que lo convierten en prácticamente inservible. Los relojes atómicos, aún los que trabajan en condiciones ideales, están expuestos a la deriva completa por lo que esporádicamente dan saltos hacia adelante o hacia atrás, de forma completamente impredecible. La frecuencia de los periodos de un reloj atómico es imposible determinarla, en realidad ésta es variable, pues de acuerdo al experimento de Haferle-Keating4 es tan errática que una semana puede ir más rápidamente de lo habitual y a la semana siguiente hacerlo más lentamente. Lo más gracioso de todo es que para establecer el TAI se utiliza, no un reloj atómico, sino un grupo de ellos que trabajan como por medio de una especie de “votación democrática”, extrayendo la marcación más votada entre todos. Este es el ‘tiempo’ que se ha adoptado como tiempo oficial despreciando olímpicamente al tiempo astronómico, exacto, preciso e inmune.
Ahora los heliocentristas han medido la duración de un año sideral usando este tiempo TAI oficial, pero tan escasamente fiable, y han encontrado cierta discrepancia respecto de su ‘año atómico-democrático’. De aquí viene la práctica habitual de añadir o eliminar algún segundo a la Nochevieja, lo cual es aprovechado también para adoctrinar a la ciudadanía asegurando que tal discrepancia del tiempo astronómico es indicativo que la tierra está rotando.
Ahora los heliocentristas han medido la duración de un año sideral usando este tiempo TAI oficial, pero tan escasamente fiable, y han encontrado cierta discrepancia respecto de su ‘año atómico-democrático’. De aquí viene la práctica habitual de añadir o eliminar algún segundo a la Nochevieja, lo cual es aprovechado también para adoctrinar a la ciudadanía asegurando que tal discrepancia del tiempo astronómico es indicativo que la tierra está rotando.
Desafortunadamente para ellos hoy existe una evidencia fuerte para afirmar que el tiempo astronómico es incomparablemente más preciso que el tiempo atómico, lo cual apunta a que se deberá rectificar y retomar como estándar el tiempo astronómico. Esta evidencia proviene principalmente de la llamada “anomalía de las sondas Pioneer X y XI”, que consiste en una levísima pero creciente desaceleración –respecto de la velocidad teórica. Inicialmente fue detectada a la distancia de 30-70 UA del sol, y se la intentó atribuir a una modificación de la ley de gravedad a grandes distancias, en teorías llamadas MOND (Modified Newton Dynamics), otra explicación propuesta por Anderson5 es que la ‘anomalía’ fuera aparente y no real. Distintas soluciones se han venido intentado sin éxito durante 35 años, pero recientemente ha aparecido una explicación, del tipo anomalía aparente no-real, y que precisamente la han dado dos físicos españoles, Antonio Rañada y Alfredo Tiemblo6, en la que demuestran que las anomalías se deben a los distintos ratios temporales de los relojes atómicos y los relojes celeste-astronómicos. Se utiliza el tiempo atómico en las comunicaciones con las sondas Pioneer para la navegación, en cambio la trayectoria de las sondas se ha trazado utilizando el modelo gravitatorio de Newton ¡que lleva implícito el tiempo astronómico!. Como consecuencia de ello hay una aparente, no-real, desaceleración debida a la progresiva desincronización de los dos tiempos, que hace que las sondas espaciales aparezcan retrasadas respecto de su posición orbital prevista.
NOTAS:
1. Puede leerse en http://alfachallenge.blogspot.com/
2. El filosofo Robert Spaemann en "Losing the idea of God also means losing that of a real world" demuestra que el lenguaje humano lleva implícitas algunas ideas absolutas que si prescindiéramos de ellas no podríamos comunicarnos, incluso no podríamos pensar absolutamente nada. Una de ellas es la existencia del “futurum exactum” que es cierto ‘per se’. Por ejemplo, si “en Tp=22:04:2011:12:00:00 estamos aquí” es una verdad absoluta, ello no sólo es verdad ahora sino que seguirá siendo verdad siempre, aunque en el futuro ya no queden testigos del evento.
3. Definición extraída de Wikipedia.
4. Puede leerse en el apéndice 5 del Tomo I de “Galileo Was Wrong The Church Was Wright”. Sungenis & Bennett.
5. Anderson, observando la desviación hacia el azul de las señales microondas de abordo, fue el primero en detectar la anomalía de las sondas Pioneer X y XI. Posteriormente se han detectado la anomalía también en alguna otra sonda muy alejada de la tierra.
6. Puede leerse en http://arxiv.org/PS_cache/arxiv/pdf/0804/0804.1904v5.pdf
Me he quedado de piedra. Jamás había imaginado que los relojes atómicos no fueran precisos y que se hacía una media de diferentes relojes para obtener la hora "oficial".
ResponderEliminarLo grave es que esa información siempre la hemos tenido a la vista:
http://www.atomicclocks.com/frequently-asked-questions_a/7.htm
The U.S. government operates an “Atomic Clock” in Boulder, CO. This Atomic Clock will not gain or lose a second in 60 million years. The National Institute of Standards and Technology (NIST) delivers this time to the International Bureau of Weights and Measures in Paris. The Bureau receives time scales from other nations, averages the time scales, and distributes this average. The NIST uses this average and distributes it via radio signals (including WWVB) to your atomic clock which is programmed to receive.
Siempre ha estado a la vista, pero no te paras a pensar en ello.
Y sobre el artículo de Rañada y Tiemblo, me quedo perplejo con los comentarios finales.
ResponderEliminarPor ejemplo este comentario (página 17):
This discrepancy between theory and observations could also affect the Hubble law.
¡¡¡????¿¿¿¿¿¿
A galaxy has at least a couple of things in common with the Pioneer: both are receding from us
and both their velocities are Doppler measured with quantum devices that use atomic time
to compare their values with the predictions of a gravitational theory based on astronomical
time, the Friedmann equation for the galaxies and the theory of orbits for the Pioneer. This
is a question that merits in-depth analysis.
¿Quiere esto decir que se va a replantear también la ley de Hubble?
Me gusta especialmente esto:
ResponderEliminar"El filosofo Robert Spaemann en "Losing the idea of God also means losing that of a real world" demuestra que el lenguaje humano lleva implícitas algunas ideas absolutas que si prescindiéramos de ellas no podríamos comunicarnos, incluso no podríamos pensar absolutamente nada. Una de ellas es la existencia del “futurum exactum” que es cierto ‘per se’. Por ejemplo, si “en Tp=22:04:2011:12:00:00 estamos aquí” es una verdad absoluta, ello no sólo es verdad ahora sino que seguirá siendo verdad siempre, aunque en el futuro ya no queden testigos del evento."
Es una implicación filosófica muy importante.
Platypus,
ResponderEliminarVerdaderamente el artículo de de Rañada y Tiemblo puede tener muy importantes implicaciones, pues podría llegar a aplicarse a otros fenómenos que han sido explicados incorrecta o incompletamente. Según Robert Bennet todo parece indicar que hay dos tipos de éter (no sólo uno), uno el de las frecuencias electromagnéticas de los relojes atómicos y de los fenómenos de la Mecánica Cuántica, y otro independiente, el de la gravitación y los fenómenos astronómicos.
Reflexionar,
Puedes leer el artículo filosófico completo de Spaemann en español en el sitio:
http://www.arbil.org/104spaa.htm
En cierto modo es una demostración de Dios basada en el lenguaje que utilizamos para comunicarnos, que con el lenguaje aludamos a verdades absolutas implica la asunción de la realidad de Dios. La conclusión de Sparemann es la siguiente: “si hay realidad entonces el futurum exactum no se puede obviar, y con él el postulado de un Dios real”.
Posible explicación a la anomalía de las Pioner: http://www.cienciakanija.com/2011/04/01/anomalia-de-las-pioneer-resuelta-mediante-una-tecnica-de-graficos-por-ordenador-de-los-70/
ResponderEliminarPalique,
ResponderEliminarLa primera cuestión supongo que se refiere a “¿Por qué es menos costoso poner un satélite en órbita geostacionaria desde un lugar cercano al ecuador?”.
Hay dos razones:
1. La fuerza centrífuga es mayor en el ecuador que en el Polo Norte, por lo tanto se gasta algo menos combustible al lanzarlo desde una zona próxima al ecuador. Pero esta fuerza centrífuga surge: (A) si la tierra está rotando y el firmamento estático, o (B) si la Tierra está estática y el Firmamento está rotando. Y esto es así por el llamado “efecto Lense-Thirring” (ver por ejemplo el libro de Arthur Eddington “Space, Time and Gravitation” pag.41). Lo que se da en realidad es la situación B.
2. Los satélites geosíncronos tienen que ser colocados en una órbita que se halle en.el plano del ecuador, y obviamente si se lanzara desde el Polo Norte tendría que recorrer algunos miles de kilómetros más que al lanzarlo desde las cercanías del ecuador.
Puede encontrar más información en la web de “Sea Launch” que es una de las empresas dedicadas a lanzamiento de satélites: http://www.sea-launch.com/ .
Respecto a la segunda cuestión, yo evidentemente no me creo la hipótesis del Big Bang y sus conjeturas, porque creo firmemente que Dios creó el mundo “ex nihilo sui et subiecti”.
Por si el cronometro atómico no tenía suficientes inconvenientes para medir el tiempo verdadero ahora le llega uno más de la mano del “efecto Jenkins-Fishcbach”. Resulta que recientemente investigadores de la universidad de Stanford han encontrado una íntima correlación entre la actividad solar y la frecuencia con que se desintegran los radioisótopos en la tierra. Hasta hace poco se creía que el ratio de desintegración era estadísticamente constante, ahora se sabe que esto no es así, sino que varía estacionalmente y está acoplado a periodos asociados a ciclos solares, como por ejemplo el periodo de rotación del sol. Esta es una mala noticia para la supuesta “hiperexactitud” de los relojes atómicos.
ResponderEliminarSupone tambien otra mala noticia para los evolucionistas, la teoria del big bang y la supuesta edad milmillonaria de la creación, pués el sistema de datación absoluta basado en el supuesto "regular" período de semidesintegración,de isotopos radiactivos,que totalmente invalidado.
Eliminar¡Muy buen artículo!
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarPor lo que leo tengo la sensación de que desconoce totalmente lo que significa la teoría de la relatividad. No es una cuestión de relojes, ni de medición de tiempo, es una cuestión de la velocidad a la que pasa el tiempo para cada observador. Es decir, si un individuo (por la Gracia de Dios) pudiera desplazarse a una velocidad próxima a la velocidad de la luz, su tiempo pasaría más despacio y su reloj, atómico o no, avanzaría también mucho más lento.
Esto podría deberse a que la velocidad de la luz es constante y fija con independencia de nuestro movimiento y, por tanto, si nos desplazamos a esa gran velocidad son el tiempo y el espacio los que deben variar para que la luz se siga desplazando a la misma velocidad respecto a nosotros.
Obviamente Einstein no tiene porqué tener razón, y mucho menos de manera absoluta, simplemente da una explicación fundada de una paradoja física. La religión, por el contrario, creo que construye una fantasía y la acomoda a lo irrefutable. Obviamente esto es mi opinión y respeto la suya.
El espacio,tiempo y velocidad,son inseparables. De ahî su relatividad. No existen por separado, por lo que lo de los relojes y lo de las medidas de tiempo distintas es solo un espejismo. La medida de tiempo siempre es con respecto a un determinado espacio y velocidad.
EliminarMuy bueno el articulo. Usted dijo "La frecuencia de los periodos de un reloj atómico es imposible determinarla, en realidad ésta es variable, pues de acuerdo al experimento de Haferle-Keating es tan errática que una semana puede ir más rápidamente de lo habitual y a la semana siguiente hacerlo más lentamente. "Pregunto: ¿Es posible entonces que el tiempo señalado originalmente para un día X, lo estemos utilizando como el tiempo de otro día de la semana gracias a ese problema?. Usted también dijo "Ahora los heliocentristas han medido la duración de un año sideral usando este tiempo TAI oficial, pero tan escasamente fiable". ¿Cuál es la duración real del año y cual la del año usando el tiempo TAI?
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