La verdadera historia de la Creación

El término ‘Creacionismo’ se utiliza hoy en sentido peyorativo, con una intención de presentar la inferioridad de la visión cristiana anticientífica que se opone a la visión científica de la evolución darwinista. Este sentido ateo del Creacionismo está equivocado, por no decir que es insidioso, y ahora nos vemos obligados a emplear muchos esfuerzos y tiempo en aclararlo.

La misma Ciencia, como todo lo que hay en el mundo y más allá, tiene su origen y fin en Dios, quien ha dejado plasmadas sus huellas en la naturaleza, y pueden, por tanto, ser rastreadas por el hombre. Y además, Dios Trinitario, inspirando a hombres, ha dejado escritas en la Biblia verdades, que de otra manera hubiesen sido inaccesibles al hombre, y esta Revelación se la ha confiado a la Iglesia Católica, para que dentro de ella sea interpretada de una manera inerrable (sin posibilidad de error), y con ayuda de la Tradición. Pues bien, aquí tenemos el Principio que guía al Creacionismo: «Deben estar en concordancia las conclusiones de la Ciencia con las de la Revelación» .

Los científicos hacen muy bien en analizar la Naturaleza, haciendo experimentos, elaborando hipótesis, contrastándolas con los datos experimentales obtenidos, etc. Pero esto no servirá de nada si se desprecia el principio mencionado, y esto porque el hombre no puede hacer nada de provecho si no está unido a la Vid (Jn 15,4). Asumido esto, la Creación Especial (Creación en Seis Días de 24 horas) es la conclusión lógica de una lectura atenta del Génesis y de los Padres de la Iglesia, corroborada además por el Magisterio. El Génesis es una narración histórica y precisa de los acontecimientos principales del origen de la humanidad. Un resumen de los principales puntos de la Creación[1] son:

• El Dios Uno y Trino creó la Tierra, el universo y todo lo que éste contiene –incluido el hombre- desde la nada, hace unos 6000 años.
• Dios emplazó a nuestros primeros padres, Adán y Eva, en el Paraíso y los sometió a una prueba de fidelidad. Engañados por Satanás, desobedecieron a Dios, por lo que fueron desterrados del Paraíso y su naturaleza –inicialmente íntegra- pasó a ser herida, sometida a la fatiga, enfermedades, corrupción, vicios, tentaciones… y muerte.
• Hace unos 4000-5000 años, la humanidad llegó a un nivel tal de degradación y corrupción que Dios tuvo que destruirla mediante un cataclismo global, el Diluvio Universal, del que únicamente se salvó Noé y su familia.
• No mucho después, por la rebelión de los hombres contra su Creador en Babel, Dios confundió las lenguas, lo cual originó que los hombres se subdividiesen en distintas tribus-naciones que se fueron desperdigando por toda la Tierra.
• En tiempos de los patriarcas, hace unos 3500 años, Dios se escogió una nación, Israel, para que allí naciese María, Virgen del Templo. Y finalmente, hace 2010 años, tal como lo indicaban las antiguas profecías, Jesucristo –la Segunda Persona de la Trinidad- fue concebido por el Espíritu Santo, y nació de Santa María Virgen, el llamado a ser el Nuevo Adán.
• Cristo murió en la cruz, después de derramar hasta la última gota de su Sangre. Y con su Sacrificio infinitamente Santo realizó los meritos necesarios para rescatar la naturaleza herida de la humanidad. Al tercer día resucitó de entre los muertos y regresó a su morada eterna en el Cielo. Donde está esperando que llegue, en un tiempo ya extraordinariamente cercano, su día de Regreso para juzgar a todas las naciones. Entonces creará una nueva Tierra y un nuevo Cielo, ante la mirada atónita de sus enemigos, quizás estos que hoy defienden orgullosamente la teoría de la evolución de Darwin.