Replica al "El Creacionismo ¡vaya timo!"
El Astrofísico Javier Armentia, en colaboración con la sociedad de escépticos ARP[1], está dirigiendo una publicación de libros denominados «tema X... ¡vaya timo!» (Editorial laetoli[2]). Los temas son de lo más variado, y quizás alguno de ellos sea de recomendable lectura ("El psicoanálisis ¡vaya timo!", "Los ovnis ¡vaya timo!", "El yeti ¡vaya timo!",...), pero en la misma colección se halla insidiosamente el titulado "El creacionismo ¡vaya timo!" que yo me he molestado en leer, en un intento de descifrar la retorcida mentalidad del evolucionista ateo.Por Internet no se encuentran mas que alabanzas y felicitaciones a esta colección en general, y al del 'creacionismo' en particular. Pero realmente ¿es loable este libro...?, o ¿es en el fondo el libro, al igual que la evolución, un verdadero TIMO. Pasemos a comentarlo.
El autor del libro "El creacionismo ¡vaya timo!", Ernesto Carmena [3], aunque con un tono simpático –lo cual es de agradecer–, se despacha a gusto en descalificaciones hacia los creacionistas, a los que nos llama "fanáticos", "fundamentalistas", "palurdos", "tontos", "cachondos", ... bueno esto no parece grave, se lo perdonamos. Infinitamente más grave es la irrespetuosidad que muestra hacia la Biblia y hacia la Iglesia Católica, incluso trata de desacreditarla, cuando no ridiculizarla. Termina el primer capítulo diciendo: «El Génesis interpretado literalmente es un buen cuento infantil, útil para dejar atónitos a los críos ... ¿Cómo puede alguien creer que se trata de hechos reales, de verdades reveladas, sin ser un auténtico zoquete?». El autor demuestra aquí su necedad, y confunde –algo muy habitual en los ateos– los mitos y leyendas de los pueblos primitivos (los egipcios, los greco-romanos, los mesopotámicos, etc.) con lo escrito en el Pentateuco, cuando Dios habló a Moisés, cara a cara, durante cuarenta días, en el monte Sinaí (Exodo 25,1). Una experiencia que tendrá su repercusión directa en toda la historia humana, incluso este hecho en sí será decisivo en el origen de la Ciencia.
El propio autor del libro cae en la ingenuidad, pues se cree toda la propaganda malintencionada que los fundamentalistas ateos americanos fabricaron en contra del creacionismo. Un ejemplo de ello es toda esa distorsionada aventura del "Juicio del Mono", que narra en la página 59. El pobre John T. Scopes de la realidad, no el de la ficción, era un humilde entrenador de rugby –y no un profesor de Biología– al que los mafiosos evolucionistas engañaron para que se hiciera pasar por un buen profesor de biología, y de esta manera fuera enjuiciado él, y con él ridiculizar a los burdos creacionistas. Podéis confrontar la verdadera historia del juicio con la distorsión mostrada por la película[4], lo cual es un indicador de lo fuerte que han jugado los evolucionistas militantes americanos con tal de combatir la propagación del creacionismo.
Después de zurrarnos bien a los creacionistas, el autor también da su visión evolucionista, aunque sin aclararla demasiado. Hubiera sido instructivo que comenzará diciendo qué entiende él por evolucionismo, por ejemplo con una definición del estilo de ésta de Gerard Keane[5], «Evolución (biológica) es la transformación natural desde las moléculas hasta llegar al hombre, en la cual se gana nueva o 'más alta' información genética que la poseída por los antecesores». La definición es importante porque la palabra 'evolución', antes de Darwin, se venía ya utilizando en las ciencias (Biología, Botánica,...) con el significado de "desarrollo" o "transformación" limitada y a pequeña escala de una especie animal o vegetal. En este libro, el autor aporta dos definiciones de evolución. «Evolución es el proceso que da lugar a cambios hereditarios en las poblaciones de seres vivos a lo largo de generaciones». Y otra: «Evolución es el cambio en las frecuencias de los genes en las poblaciones a lo largo del tiempo» (pag. 45). Definiciones muy escuetas, que no mencionan la escala de estos cambios genéticos, por tanto, son más bien definiciones de diccionario. Y según parece, se limitan a la microevolución, que es un hecho, nadie lo discute. Pero que la microevolución implique la macroevolución, es algo que ya casi nadie se lo traga. La cantidad de científicos disidentes del neo-Darwinismo en USA, Europa, Australia y en todo el mundo, crece incesantemente, aunque la mayoría prefiera silenciarlo, muchos cientos han decidido manifestarlo públicamente[6].
Si en el libro se tratara seriamente la evolución, en el sentido de Keane citado anteriormente, debería analizarse en dos secciones bien diferenciadas: I). Evolución pre-biológica, o sea el paso fortuito de materia inerte a ser vivo. II) Evolución biológica, con muchos pasos fortuitos cruciales: a) el paso fortuito de organismo unicelular a pluricelular, ...etc. Nada de esto, aparece sin embargo, pues no hace distinción entre los distintos saltos necesarios. Después de haber atacado sin piedad a los creacionistas, en el capítulo 7, el autor se dedica a explicar como entiende la evolución. Ernesto Carmena, como todo neo-darwinista, ha asumido que la diversificación por evolución necesita de cambio genético "en las poblaciones" (¿para pasar de célula a caballo?). Es decir, que necesita de cambios directos y perdurables en la estructura del ADN del ancestro, aquí entramos de lleno en el reino de las probabilidades, que efectivamente se han hecho muchas, todas ellas apabullantes para los evolucionistas, implican números astronómicos, imposibles..., quizá por eso huyen de ellas, o intentan descalificarlas. Entre los mecanismos, señalados por el autor, para que tal cambio se produzca, en las páginas 64-66 indica que son las mutaciones favorables en combinación con la selección natural. A esto mejor que le responda un doctor en bioquímica católico, Michael J. Behe, en su artículo "Darwin bajo microscopio" [7], donde indica que esa es una conjetura que no ha sido jamás probada, y la tesis neodarwinista encuentra sus mayores dificultades al entrar en el dominio de la célula, pues muchos sistemas celulares son lo que Behe denomina "irreductiblemente complejos". Es decir, el sistema necesita varios componentes antes de que pueda funcionar apropiadamente.
En las páginas 111-115 Ernesto nos quiere aleccionar indicándonos cómo debe ser entendido el azar: «...ni el darwinismo primitivo ni la moderna teoría sintética han dicho jamás que las estructuras biológicas se formen por casualidad». A continuación cita a Richard Dawkins, en "Escalando el Monte Improbable": «...la astronómica improbabilidad de ojos y rodillas, enzimas y articulaciones del codo, y todas las demás maravillas vivientes, es precisamente el problema que cualquier teoría de la vida debe resolver, y que sólo el Darwinismo resuelve». La "escalada a lo improbable", a la que se apunta también Eduardo no tiene nada de científica, es un voluntarismo. Es una imagen poética, eso sí, que fue originalmente introducida por el bio-matemático Sewell Wright. La variación al azar ofrecería al montañista un complemento de pequeños cambios. La selección natural congela los cambios afortunados en su sitio. Y este proceso no sería debido a ninguna suerte. Con el tiempo, los cambios afortunados forman una trayectoria conectada, una larga escalera hacia la complejidad. Sin embargo, una cosa es apelar a la trayectoria de subida al monte Improbable, y otra bien distinta es demostrar su existencia. Dawkins se convenció a sí mismo que debido a que tal trayectoria debería existir, todos los argumentos posteriores sobran. Y en ese mismo libro escribe una y otra vez: "No hay ninguna dificultad"; "hay una tendencia definitiva en la dirección adecuada"; "Es fácil ver que..."; "no es difícil imaginar que...", etc., etc. Sin demostrar que esto sea así[8]. A esto algunos autores lo llaman "la fe del evolucionista".
Finalmente, el capítulo 8 lleva el título "Los eslabones no están perdidos", donde se concentra en la historieta de las ballenas andantes: «que evolucionaron a partir de un grupo primitivo de mamíferos ungulados», hipótesis que recientemente ha sido puesta en duda por los mismos evolucionistas. También cita la evolución de los caballos a partir de diminutos ramaneadores, la de los primeros anfibios con patas a partir de peces con aletas, ..., y la evolución del hombre a partir de simios. Pues bien, todas estas conjeturas están ampliamente refutadas, y pueden leerse, por ejemplo, en la sección en español de la pagina de Creation Ministries International[9]. Además hay que decir que el Archaeopteryx no es una forma intermedia (puede leerse en http://www.euskalnet.net/jcgorost/creacionismo/archaeo.htm). Verdaderamente no hay fósiles intermedios, aunque continuamente los evolucionistas se saquen alguno de la chistera que luego es costoso refutar, uno de los últimos es 'Ida' (Darwinius masillae) [10].
A diferencia del autor del libro, el evolucionista ateo Stephen Gould sí reconoció que no se ha hallado jamás un sólo fósil en transición evolutiva[11]. O quizás ocurra que los evolucionistas reconozcan su impotencia sólo entre ellos, así se desprende al leer la siguiente cita del Dr. Colin Patterson, Paleontólogo principal del Museo Británico de Historia Natural en Londres, cuando abatido de ser un estéril seguidor del evolucionismo dijo: «Estaba muy aturdido al darme cuenta de que había seguido una dirección tan equivocada durante tanto tiempo..., así que en las semanas siguientes trate de hacerle una pregunta simple a varios individuos y grupos. La pregunta fue: ¿Puedes decirme algo que tu conozcas sobre la evolución? Cualquier cosa, cualquier cosa que sea verdad. Le hice esta pregunta a los geólogos del Museo de Campo de Historia Natural y la única respuesta que obtuve fue silencio. Luego le hice la pregunta a los miembros del Seminario de Morfología Evolutiva de la Universidad de Chicago, un grupo de científicos muy prestigiosos, y la respuesta fue un silencio prolongado, y después de un largo rato alguien dijo, " Lo único que sé es que no debería enseñarse en la escuela secundaria"»[12].
Consideremos por un momento este hecho de que los científicos no hayan encontrado fósiles transicionales, si ahora algún evolucionista desea comportarse como científico, examinando las pruebas imparcialmente, puede concluir con una de estas hipótesis:
A) No podemos encontrar fósiles intermedios simplemente porque no hay fósiles intermedios.
B) Aparecen formas intermedias pero decaen rápidamente sin dejar trazas de su existencia.
Ernesto, al igual que sus admirados Gould y Dawkins, concluyen que sólo la (B) es científica. Sin embargo, cualquier persona sincera debería admitir que también la (A) es una respuesta posible y lógica, aunque a uno le desagrade esta opción. Es decir, no se puede descartar la hipótesis (A) concluyendo irracionalmente que sólo la (B) es científica, pues se estaría perjudicando a la Ciencia, entendida como búsqueda de la verdad. Pues eso es lo que hace Ernesto, al igual que otros evolucionistas ateos militantes. Y lo que es aún peor, alecciona a los jóvenes a pensar de esta irracional manera.
NOTAS:
1. ARP es una sociedad de científicos ateos escépticos, que se hacen llamar ahora "Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico".
2. Editorial Laetoli, http://www.laetoli.net
3. Ernesto Carmena es un biólogo madrileño, que colabora en la revista "El Escéptico", y trabaja en el campo de la imagen digital y la divulgación científica.
4. Leerlo en http://www.euskalnet.net/jcgorost/creacionismo/peliculaIW.htm
5. Gerard J. Keane es miembro del "Kolbe Centre for the Study of Creation", autor del libro "Special Creation Rediscovered".
6. Leerlo en la web http://www.discovery.org/csc/
7. Leerlo en http://www.euskalnet.net/jcgorost/creacionismo/dbajom.htm
8. Leer una crítica de David Berlinski a esa escalada al Monte Improbable de Richard Dawkins, en http://www.euskalnet.net/jcgorost/creacionismo/Improbable.htm
9. http://creation.com/spanish/
10. Leerlo en http://www.answersingenesis.org/articles/2009/05/19/ida-missing-link
11. Fue en el mitin de Chicago de 1977, tanto Stephen Gould como Niles Eldrege, ante una gran audiencia de científicos, admitieron la absoluta impotencia de la ciencia moderna para mostrar alguna evidencia creíble de fósiles intermedios. Incluso, Gould preguntó a la amplia audiencia si conocía alguien una sola prueba, sin obtener respuesta. Gould S. J., 1977, "Evolutions erratic pace".
12. Colin Patterson, Ph.D., Transcripción del discurso dado en the American Museum of Natural History, (New York City: November 1981)
¡¡Y que la Universidad tenga profesores como el autor de este Blog!! ¡¡Cuánto dinero perdido por la sociedad para que gente como tú diga tantas sandeces!! Que tu santa Hildegarda te guarde muchos años.
ResponderEliminar¡¡Qué país!!
Justamente hoy terminaba de escribir un artículo sobre la Evolución: Por qué la Evolución no es "sólo una teoría"
ResponderEliminarTal vez le interese leerla.
Con ver las fuentes de información del autor de este Blog ya... (Nota 10, sobre todo)
ResponderEliminarInteresantes los comentarios sobre el libro, me alegro de que otros lean, he visto el artículo de Ezequiel Del Bianco, y es un cúmulo de tópicos, parece que conoce a toda la comunidad científica y sabe lo que piensa, yo soy paleontólogo y no me trago el paradigma evolutivo porque es ideología, no ciencia. En lo que si tiene razón es en el título del artículo, porque la Evolución no es sólo una teoría, es una visión del mundo, una mitología materialista. ¿por qué les molestarán tanto los santos?.
ResponderEliminarVolviendo a tus comentarios, me gustaría preguntarte ¿qué aceptas como microevolución?.
También me gustaría que como físico, criticases con argumentos la hipótesis del Bin-bang. ¿Cómo una explosión puede producir orden?, ¿cómo un mismo movimiento puede separar la materia y después juntarla?, y cosas como esas.
Espero que no te desanimes ante la aparente poca profundidad del entendimiento humano, hay que trabajar para el futuro, hay que reunir argumentos para cuando el mito caiga, que no le queda mucho.
Un abrazo.
Ángel.
Las revistas de Biología evolutiva, tales como “Evolution, J. Evol. Biol.”, “Evol. Ecol.”, contienen muchos artículos de microevolución.. Por el término microevolución se entiende los cambios genéticos dentro de una misma especie, originando algo así como las diversas razas de perro (una grandísima variedad), etc.. Estos cambios genéticos no conllevan un ADN de mayor nivel de complejidad, violando por tanto la 2ª ley de Termodinámica, así como el sentido común. En tal caso ello sería la Macroevolución, algo como pasar de un animal sin ojos, a otra especie ya con ojos, lo cual implica la invención al azar del ‘ojo’ (casi nada). En las revistas anteriormente citadas no hay ningún artículo sobre macroevolución, porque es algo imposible.
ResponderEliminarRespeto a la teoría del Big Bang, te diré que es falsa porque se apoya en la teoría de la Relatividad General (TRG) de Einstein. En cuanto a la TRG es un conjunto de ecuaciones matemáticas, neutras en sí mismo. Su validez o no está en si describe adecuadamente el mundo. La respuesta es no. Próximamente pondré una entrada al respecto
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ResponderEliminarY aqui hay mas:
ResponderEliminarDavid B. Kitts. PhD (Zoología) es el Director en Jefe del Departamento de Geología del Museo Stoval. En una publicación evolucionista especializada, escribió:
A pesar de la brillante promesa de que la paleontología provee medios de "ver" la evolución, ella ha presentado algunas dificultades desagradables para los evolucionistas, la más notoria de las cuales es la presencia de "brechas" en el registro fósil. La evolución requiere de formas intermedias entre las especies y la paleontología no las provee... 3
N. Heribert Nilsson, un famoso botánico evolucionista y profesor de la Universidad de Lund en Suecia, continúa:
Mis intentos de demostrar la evolución por medio de un experimento llevado a cabo por más de 40 años han fracasado completamente... El material fósil es tan completo ahora, que ha sido imposible construir nuevas clases, y la falta de series transicionales no puede ser explicada como el resultado de la escasez de material. Las deficiencias son reales, nunca serán cubiertas. 4
Hasta la prensa popular se está dando cuenta. Esto pertenece a un artículo de la revista "Newsweek":
El eslabón perdido entre el hombre y el mono, cuya ausencia ha consolado a religiosos fundamentalistas desde los días de Darwin, es simplemente el más glamoroso de toda una jerarquía de criaturas fantasmas ... Cuánto más han buscado los científicos las formas transicionales que yacen entre las especies, más se han frustrado. 5
3 Evolution, vol. 28, 467.
4 Nilsson citado en The Earth Before Man, p. 51.
5 "Is Man a Subtle Accident," Newsweek, November 3, 1980
Puff y miles de fraudes que no quiren hacer saber a la gente ,porque mermaria la confianza de la gente en ellos, como estas:
ResponderEliminarhttp://es.wikipedia.org/wiki/Hombre_de_Piltdown
El Hombre de Piltdown fue exageradamente promocionado en publicaciones como el eslabón perdido por más de 40 años. Era un fraude basado en la parte superior de un cráneo humano y la mandíbula de un orangután.
El Ramapitheco fue ampliamente reconocido como un ancestro directo de los humanos. Ahora se ha establecido que era simplemente un tipo extinto de orangután.
El Homo abilis se considera generalmente hoy que está compuesto de piezas de otros variados tipos de criaturas, tales como el Australopiteco y el Homo erectus, y no es visto generalmente como una clasificación válida.
El Hombre Neandertal era descrito tradicionalmente como un hombre-mono encorvado. Ahora se ha aceptado que la presunta postura se debió a una enfermedad y que el Neandertal es sólo una variación de la especie humana.
El Australopitheco afarensis, o "Lucy," ha sido considerado un eslabón perdido por años. Sin embargo, estudios del oído interno, cráneo y huesos han mostrado que ella era meramente un chimpancé pigmeo que caminó un poco más derecho que otros monos. Ella no estaba en camino de convertirse en humana.
El hombre de Nebraska fue un fraude basado en un sólo diente perteneciente a un tipo raro de cerdo.