miércoles, 16 de junio de 2010

El ojo ¿mal diseñado?


Entre los argumentos favoritos de los evolucionistas está el del “mal diseño” de algún órgano o estructura animal, y si es el caso del hombre, pues mejor. La curvatura superior de la columna vertebral humana, el del tubo digestivo, o el del ojo humano son algunos de estos. Piensan que un mal diseño es una evidencia de la evolución y una ausencia, sin embargo, de todo vestigio de Diseño Inteligente, jamás se les ocurre pensar que ese aspecto “mal diseñado” obedezca a aspectos que se les escapa a sus limitadas mentes humanas. Hoy vamos a repasar aspectos del “mal diseño” del ojo humano. 


En 1850 el biólogo y físico alemán Hermann von Helmholtz, estableció la teoría de la visión del ojo humano, comparándolo con el de una cámara fotográfica que en aquél tiempo estaba ya bien desarrollada. Para los evolucionistas actuales, en el fondo, el ojo no es un dispositivo fotográfico tan excelente. Así por ejemplo le ven el defecto de tener poca resolución. Richard Dawkins dice que sólo el 2% del ojo (en la zona llamada la “fóvea”) tiene una resolución como para competir con la de una Zeiss o Nikon[1]. Helmholtz había tratado al ojo como un instrumento estático, como una cámara que extrae fotografías para ser enviadas al centro de procesamiento del cerebro. En realidad, el sistema del par de ojos está diseñado como una doble cámara dinámica de filmación 3D, salvo que es infinitamente más compleja y sofisticada que cualquier construcción humana pueda hacer nunca. Como en algunas cámaras modernas dispone de autoenfoque y ajuste automático del iris diafragma. En el caso del ojo, las lentes llegan a cambiar su forma real y a cambiar la posición focal para adaptarse a las diferentes distancias de enfoque. La lente está constituida de células vivas que son maravillosamente transparentes, formando la córnea, una especie de ventana finísima que cubre el ojo.

El componente más asombroso de la cámara ojo es su "film" o retina. Esta capa sensible a la luz que entra por la bola ocular, es más fina que una placa de Saran-Wrap y supera en mucho en cualquier rango de luz a cualquier film construido por los humanos. El mejor film disponible en el mercado dispone de un rango dinámico 1000 a 1. Comparativamente la retina del ojo humano dispone de un rango 10 mil millones a 1 y tiene la capacidad de sentir a un sólo fotón de luz que se halle entre la oscuridad!. En un día luminoso la retina puede controlar su opacidad y ajustar su "control de volumen" de tal manera que no se sobrecargue. Las células de la retina sensibles a la luz actúan como un amplificador de alta ganancia extremadamente complejo. Hay por encima de 10 millones de tales células en la retina formando un tapiz de una densidad de 200.000/mm2 . Estas células foto-receptoras tienen un altísimo ratio de metabolismo y deben autoreemplazarse completamente ¡cada 7 días!. Si miramos a un foco de luz muy brillante, tal como el sol, estas células se queman inmediatamente pero rápidamente son reemplazadas por otras nuevas (en la mayoría de los casos). La retina es totalmente transparente debido a que tiene menor espesor que la longitud de onda de la luz visible. Cada uno de estas diminutas células foto-receptoras es muchísimo más compleja que la más sofisticada computadora realizada por el hombre. Se ha estimado que cada segundo ocurren en la retina 10 mil millones de cálculos matemáticos ¡antes de que la imagen de luz alcance el cerebro!. Es significativa una comparación de esta capacidad con la de los ordenadores fabricados por el hombre. En un artículo publicado en la revista Byte (April 1985) Dr. John Stevens dijo:

" Para simular 10 milisegundos del procesamiento completo de la más simple célula nerviosa de la retina se requeriría la solución simultánea de alrededor de 500 ecuaciones diferenciales no-lineales no una sino cien veces, lo cual tomaría por lo menos varios minutos de tiempo de procesamiento en un superordenador Cray. Si tenemos en cuenta que hay 10 millones o más de células intercalando unas con otras en las formas más complejas posibles, el procesamiento para simular lo que tiene lugar en tu ojo en un segundo podría tomar cientos de años de tiempo Cray".
Ahora bien, sólo una pequeña parte (<1%) del ojo, en la parte central, llamada ‘fóvea’, tiene la muy alta resolución necesaria para captar los más finos detalles. Con ella se capta sólo 2º del campo visual. La fóvea tiene una mayor densidad de receptores, y necesita una mayor área del cerebro para procesar la información. Con ella se enfoca sólo lo fundamental. Pero en la visión, la mayor parte del ojo se utiliza para “visión periférica” con una menor resolución, y por tanto, no malgastando innecesariamente energía cerebral de procesamiento. En definitiva, la ausencia de alta resolución en la periferia nos permite concentrar los detalles de la visión en los objetos importantes, viendo el resto de objetos secundarios con baja resolución. No es posible un diseño más perfecto.

Otro argumento de mal diseño es el llamado “punto ciego” del ojo. Así describe “esta chapuza” Ernesto Carmena en su panfleto escéptico “El creacionismo ¡vaya timo!”:

“El ojo humano está diseñado con la retina al revés. Tanto los vasos sanguíneos que nutren a las células retinianas como sus prolongaciones nerviosas están colocados de forma que obstacularizan el paso de la luz. Dichas prolongaciones, además, se reúnen para formar el nervio óptico en un punto de la pared ocular. Este punto queda inutilizado para la visión. Se llama zona ciega, es una región en la que no podemos ver nada. Si no nos percatamos de ello es porque el cerebro hace lo que puede para disimular el desaguisado”.[2]
Dawkins utiliza expresiones aún más vehementes, del tipo: “esto (de la zona ciega) no es un mal diseño, es el diseño de un idiota”.

 El oftalmólogo Peter Gurney escribió un artículo dando una amplia y razonada respuesta a estas dos cuestiones[3]. Respecto la segunda Gurney dice que se sobredimensiona y exagera el asunto del ‘punto ciego’, el cual sólo ocupa un 0,25% del campo visual, por tanto, es un minúsculo punto. Además, este punto se encuentra alejado (15º) del eje visual, en una zona periférica, y al poseer dos ojos trabajando simultáneamente, el resultado es que no hay punto ciego. En realidad, el famoso ‘punto ciego’ es un aspecto teórico, pero no práctico. Este punto ni siquiera es un problema para una persona tuerta. En cuanto a la cuestión de la “retina invertida”, Gurney explica detalladamente cómo es crucial la “retina invertida” para que las células del retinal pigment epithelium (RPE) realicen las complejas funciones que necesitan hacer. En este caso, lo que sucede con R. Dawkins, y con su discípulo E. Carmena, es que no comprenden lo más mínimo el complejo funcionamiento del ojo humano.

NOTAS:

1. Un argumento utilizado una y cien veces por Richard Dawkins.
2. E. Carmena, “El creacionismo ¡vaya timo!” (pag. 135)
3. Puede leerse este interesante artículo de Peter Gurney en http://creation.com/retina

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