domingo, 17 de febrero de 2013

¿Quién tiene que presentar una prueba? ¿El heliocentrismo o el geocentrismo?


 Algunos lo primero que nos piden es: “Presentar una prueba de que la Tierra está fija y no se mueve”.Ante todo hay que aclara el tema: ¿Quién tiene que presentar una prueba?. El Geocentrismo NO.
1.  Desde la instauración de las primeras universidades, hasta la fecha de 1822 en toda Europa (especialmente en España, en la Universidad de Salamanca) el movimiento del sistema solar se enseñó desde la perspectiva geocéntrica (Los Jesuitas –que siempre tuvieron grandes conocimientos de astronomía- utilizaban como tesis el modelo de Tycho Brahe, y no el de Ptolomeo, que en todo caso se usaría ocasionalmente por facilidad de cálculos.
2.  Es falso lo que dicen muchas webs y libros “que Benedicto XIV diera en 1758 el Imprimatur a las obras completas de Copérnico, Kepler y Galileo…” fecha en la cual el Geocentrismo hubiera quedado proscrito. Lo que Benedicto XIV hizo fue establecer un nuevo Indice de libros prohibidos, relajando la anterior prohibición de publicar cualquier libro que “enseñara que la Tierra se está moviendo”, permitiendo que se publicaran libros “enseñando que la Tierra se mueve…siempre que se especifique claramente que ello se está haciendo como hipótesis no como tesis”.  La hipótesis es un artificio para realizar cálculos. La tesis es una afirmación de la realidad. Entra dentro de la lógica utilizarse hipótesis distintas –incluso contradictorias- para diversos cálculos matemáticos de una misma realidad, (por ej.:  Hoy se utiliza la hipótesis. geocéntrica para cálculos de Navegación y la hipótesis contraria, la heliocéntrica, para cálculos de paralaje estelar, cálculo de distancia de cometas, asteroides.  Como prueba que Benedicto XIV no levantó la prohibición de mantener la realidad del movimiento de la tierra está que los libros de Copérnico, Kepler y Galileo siguieron apareciendo en el Nuevo Indice.
3.  Poco antes de 1822 hay dos hechos reseñables. Primero: Isaac Newton había escrito su obra de tres tomos Principia Matemática. (Publicada en 1687). En los dominios de la Iglesia de Roma fue publicada medio siglo después (en Genova 1739) con una “Declaración”:  … Las proposiciones de autor no pueden ser explicadas más que como una hipótesis… Los postulados de Newton no prueban que los cuerpos pequeños tienen que orbitar al masivo (el sol). En realidad ello depende del cdg y si el cuerpo pequeño cae ‘casualmente’ allí. Newton reconoce esto en el tomo III, aunque en general lo ignora, desprecia, se abstiene de considerar ya más esa posibilidad. Hoy día el 99,9 % de alumnos graduados en Física creen que Newton prueba el heliocentrismo… Es falso.
Segundo hecho. Durante varios siglos los astrónomos pensaron que el descubrimiento del paralaje estelar en una estrella demostraba el heliocentrismo. La idea la había sugerido Tycho Brahe, en su modelo no se daba el paralaje (pero en el modelo Tycho Brahe modificado que se defiende en el libro sí lo hay).  Por eso la búsqueda del paralaje, o sea, el desplazamiento aparente de una estrella, ha sido una odisea por parte de heliocentristas de varios siglos. Algunos astrónomos creyeron haberlo hallado en 1641, en 1722, etc.  Todas ellas falsas alarmas. Pero 1818 el matemático y astrónomo Friedrich Bessel con un telescopio muy avanzado y utilizando correcciones e interferometría super-refinada publica su libro "Fundamenta Astronomiae", en el que asegura que ha medido un paralaje para la estrella 61 Cygni (paralaje de sólo 5” de arco). A partir de entonces la comunidad científica protestante consideró cerrada la discusión a favor del heliocentrismo.
4.  Con esto en mente se puede intuir el gran fraude al conocimiento humano que se cometió en el año 1822. Una historia rocambolesca que duró 2 años. En 1820, el canónigo Giussepe Settele solicitó el Imprimatur para su obra “Elementos de Astronomía”, en la que defendía en su tomo II–como tesis- que la Tierra se movía.  El Censor principal se le denegó. Entonces apeló al Papa Pio VII, quien tuvo que llevar el asunto a la Congregación del Santo Oficio, que volvió a denegarlo. Entró en acción la presión por parte de universidades protestantes e intrusos (acusaciones de ‘censura eclesial’, protestas, reclamaciones por parte de la prensa de Alemania, Francia y Holanda). A todo ello, Napoleón había incautado los documentos del Vaticano, especialmente los del caso Galileo. Así, en este estado –que puede llamarse cualquier cosa menos ‘libertad’- en 1822, el Santo Oficio tuvo que dar una tercera respuesta. Los componentes del Tribunal acordaron: «No rehusar la concesión de una licencia para la publicación de obras tratando el movimiento de la Tierra y la estabilidad del Sol, de acuerdo con la opinión general de los astrónomos modernos –que ahora sabemos incorrecta- , en tanto en cuanto no haya otras indicaciones contrarias, sobre la base de los Decretos de la Santa Congregación del Indice de 1757». Que sí los había: la prohibición de tratar el movimiento de la Tierra como ‘tesis’. (Benedicto XIV)
 A mí –aunque no soy jurista- me parece claramente inválida esta concesión. Los letrados deberán decidir. Si es inválida: Seguimos rigiéndonos por los Decretos de Benedicto XIV.
5.  Los experimentos tipo Michelson-Morley, que se han venido realizando desde finales del siglo XVIII, incluyendo los de Aragó, Fresnel, Fizeau, Airy, y Michelson-Morley… en su intento de medir la velocidad Tierra-éter lumínico resultaron negativos (o sea, “No se detecta el movimiento de v=30 km/s que se debería detectar). Sin embargo en el experimento de Sagnac, y en el de Michelson-Gale sí se detecta cierto movimiento de rotación realativo Tierra-éter lumínico… Todo ello compatible con una Tierra fija en el espacio y un éter rotante con toda la estructura del firmamento. Seguimos preguntando: ¿Quién tiene que aportar una prueba positiva el heliocentrismo o el geocentrismo?
6.  Las pruebas antiguas del heliocentrismo, la mayoría de ellas construidas contra el geocentrismo de Ptolomeo, son todas inválidas: el péndulo de Foucault, las fases de Venus, el movimiento retrogrado de Marte, el paralaje estelar, la aberración estelar, etc. Son inválidas porque se pueden igualmente explicar en uno u otro modelo.
7.   Una generación después, a comienzos del siglo XX, los científicos ya emancipados de la prudente guía de la Iglesia, se encontraban ante el horror de tener que dar marcha atrás a la llamada “Revolución de Copérnico”-una revolución de tipo ideológico- y se veían obligados a colocar a la Tierra en el lugar del que le habían quitado, el centro. Pero allí llegó, nadie sabe cómo, Einstein, con la Relatividad y sus no evidentes postulados. No hay éter, la luz tiene la misma velocidad en todos los sistemas, las longitudes se encogen, los tiempos se dilatan, todo cambia, el tiempo absoluto no existe, todo es relativo (hasta la moral). Con ello, Einstein –y sus poderosos mentores- salvaron ese escollo. Ahora el combate lo llevaron al terreno de las Matemáticas: Tú dices que los datos de un experimento muestran que la Tierra está en el centro, y Einstein te responde G = 8 π T, o sea 12000 ecuaciones tensoriales, para sortear esa evidencia sin necesidad de esa condición central. Pero hubo un cientifico, además de filósofo y expresidente de la Royal  Astronomical Society de Londres, respetado en su tiempo por su dominio de esa teoría, que se dio cuenta que tal teoría de Relatividad no es válida (por inconsistente) para describir este mundo, y allí estuvo peleando, ante la incomprensión general, los palos, y el ninguneamiento de sus proclamas. Dejó escrito el libro “Science at the Crossroads”, un libró que intentó durante 20 años no necesitar escribir. Al final ahí está, escrito, disponible en internet.
¿Quién tiene que aportar una prueba positiva el heliocentrismo o el geocentrismo?
Einstein no presentó ninguna (los del eclipse de 1919, el perhelio de Mercurio, etc. son todas inválidas, tal como señalan las investigaciones del profesor Charles Lane Poor).
8.  Finalmente, ¿qué nos muestran los datos astrofísicos recopilados en los últimos 20 ó 30 años?.  Todas las galaxias aparecen alejándose de nuestro lugar de observación – Algunos argumentan: Pero eso es así en todos los puntos debido a la isotropía del Universo-  Pues no, porque la distribución de la radiación de fondo de microondas se ha demostrado ser anisótropa (hasta lo que conocemos ahora). Las galaxias no sólo aparecen alejándose del punto central donde se encuentra la tierra, sino que además su distribución es uniforme alrededor nuestro, el movimiento de alejamiento representaba una dilatación uniforme, como si se movieran en capas concéntricas con centro en la tierra, y velocidades que siempre son múltiplos de 72 km/s. la distribución de los quásares, por ejemplo, sólo tiene una explicación lógica, el geocentrismo, pues están situados en 57 bandas esféricas centradas en la Tierra . Y por si fuera poco esto, también la distribución de otros objetos celestes lejanos, como los estallidos de Rayos Gamma y los BL Lacertae tienen su explicación más lógica en el geocentrismo. También los cúmulos globulares de estrellas, que son conglomerados esféricos de miles de estrellas que se encuentran dentro de nuestra galaxia, están distribuidos con centro en la tierra.
En definitiva, no es el geocentrismo quien tiene que dar una prueba (los experimentos lo dan por sí mismos, la sabiduría de los pueblos lo ha hecho perdurar durante los siglos, los cielos lo proclaman). Son los que defienden el heliocentrismo los que la deberían darla. Hasta la fecha de hoy no han aportado ninguna valida.
 
 

viernes, 1 de febrero de 2013

Libro sobre Geocentrismo




Tengo el gusto de presentar a los lectores de este blog el libro de divulgación cosmologica-teológica “Sin Embargo No Se Mueve”,  en el que hemos colaborado el matemático croata Milenko Bernadic, y yo mismo.  Milenko Bernadic es muy conocido en la web ya que lleva un blog muy popular en Infocatólica, http://infocatolica.com/blog/friocaliente.php, es Doctor en Matemáticas por la universidad de Murcia, es autor de libro "La función de índices de concentración en las distribuciones doblemente truncadas", y coautor de colección de ensayos "Miradas sobre Europa". 

En este libro presentamos el geocentrismo que se defiende en este blog, el mismo que varios científicos católicos actualmente defienden a lo largo del mundo. Se trata de una visión cosmológica olvidada o, más bien, apartada injustamente del saber: que la Tierra no se mueve, es decir, no orbita alrededor del sol (es el sol el que lo hace alrededor nuestro), ni tampoco rota sobre el eje Norte-Sur (es el firmamento como un todo el que lo hace),  en definitiva, que la Tierra no es un planeta  -planeta significa en griego errante-  pues está situada en el preciso baricentro del universo, y por el efecto giroscópico está preservada de todo movimiento debido a torques externos. En otras palabras, el modelo planetario correcto es el que defendió el astrónomo danés Tycho Brahe (con ligeras modificaciones), y que fue también el que adoptaron los jesuitas para enseñar en las universidades de toda Europa.
Una referencia de tal libro la podéis ver en la siguiente dirección:

<http://www.lulu.com/content/libro-tapa-blanda/sin-embargo-no-se-mueve-%28edici%c3%b3n-1%29/13596252>
Desde esta dirección pueden ustedes comprarlo.  El libro está indicado especialmente para católicos con buena formación en ciencias (según la educación clásica).

  En formato ebook puede comprarse en:
 < http://ocio.elcorteingles.es/ebooks/ebook/y-sin-embargo-no-se-mueve-ebook-9781629347226>