domingo, 28 de marzo de 2010

Crítica a Francisco J. Ayala


El biólogo pro-evolucionista Francisco J. Ayala ha ganado recientemente el premio Templeton, creado por un filántropo británico para reconocer "una contribución excepcional a reafirmar la dimensión espiritual de la vida". Francisco J. Ayala nació en Madrid en 1934, se trasladó a EE UU en 1961, es doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Columbia (EE UU). Actualmente es Titular de la Cátedra Donald Bren de Ciencias Biológicas y profesor de Filosofía de la Universidad de California. Recientemente fue entrevistado en Bilbao, la entrevista completa puede leerse [aqui]. Nosotros extraemos de ella algunas preguntas/respuestas y hacemos nuestro comentario creacionista.

Entrevistador: Los creacionistas repiten una y otra vez que no hay pruebas de la evolución.



F. Ayala: El antievolucionismo está en la calle, pero no tiene ningún impacto en el mundo científico. No hay ningún agujero en la teoría de la evolución. Está más comprobada que la teoría heliocéntrica, que dice que la Tierra gira alrededor del Sol y no al revés, o que la teoría atómica, según la cual la materia está hecha de átomos. Sólo hay dos científicos que escriben a favor del diseño inteligente, Michael Behe, un bioquímico de la Universidad Lehigh que escribe falacias, y William Dembski, quien tiene formación matemática y dice que el cálculo de probabilidades hace que la evolución sea imposible sin un diseñador. Yo he escrito en algún sitio que no discuto con Dembski porque no existe.


Creacionista: El Neo-Darwinismo es como un colador, todo en él son agujeros, los argumentos para seguir soportándolo en los años 2010 ya no son científicos, sino quizás afectivos o de otra índole. Y le recuerdo al señor Ayala que la teoría heliocéntrica tiene un grado de comprobación nulo, pues no se ha presentado todavía ninguna prueba que la confirme, así que la teoría de la evolución fácilmente podría estar más comprobada, sin embargo tiene las mismas pruebas que el heliocentrismo, ninguna. En cuanto a los científicos que están en contra de la evolución, y consecuentemente, de una manera u otra apoyan abiettamente el Diseño Inteliente son cientos, aquí está una lista de unos cuantos [darwinskeptics.pdf].

Entrevistador: - ¡Cómo! ¿no existe Dembski?

F. Ayala:- La probabilidad de que William Dembski exista es más pequeña todavía que la probabilidad de que exista una de las proteínas que él dice que son imposibles sin un diseñador. A lo largo de su vida, un hombre produce billones de espermatozoides, todos genéticamente distintos. Una mujer produce, por su parte, unos quinientos óvulos durante su vida. La probabilidad de que el espermatozoide que diera lugar a Dembski fecundara el óvulo que diera lugar a Dembski es un número muy pequeño, el equivalente uno entre varios billones -el espermatozoide Dembski- multiplicado por uno entre quinientos -el óvulo de Dembski-. Si retrocedes hasta sus abuelos, la probabilidad de que exista Dembski se convierte en uno dividido por un uno seguido de sesenta o setenta ceros, y va reduciéndose con cada generación. Así que Dembski no existe y, por tanto, no hay que perder tiempo discutiendo con él.


Creacionista: Comprendo el comentario irónico del doctor Francisco J. Ayala.... pero es incorrecto. Simplificando el ejemplo, equivaldría a una lista de 5 billones de animales, cada uno con un boleto numerado del 1 al 5x10^12. Suponiendo que se haga un sorteo al azar, a alguno de ellos le tocará el premio, pero cada uno de ellos tiene una probabilidad cuasi-nula de ser el agraciado. En el razonamiento de Ayala, la probabilidad de ser agraciado Dembski con la existencia es ínfima, pero "alguien (o algo) tiene que ser agraciado". Lo mismo sucedería, según Ayala, con la primera proteína diseñada, que habría salido premiada por azar. Pero esta argumentación falla porque en la realidad, la lista no está formada por 5 billones de seres vivientes, sino de cosas amorfas, casi todas salvo una o dos incompatibles con la existencia, propagación, estabilidad de la vida, ... aquella numerada con el 55555...555. Y en el sorteo debía salir ese superespecífico número. Si se cambia un sólo 5 por otro digito, entonces se produce una cosa amorfa. Sólo aquel con todos los dígitos '5' serviría para la vida en este mundo. Y se dió, ¡pero no por azar!.


  Después de éstas hay una serie de preguntas y respuestas profundas, en ellas el doctor Francisco J. Ayala se descubre como un secularista. El hombre ya no necesitaría a Dios para explicar el mundo, ahora tenemos que acostumbrarnos a vivir sin Él. Es más, Ayala -como Richard Dawkins, aunque lo diga con otras palabras- piensa que sería bueno que la humanidad fuera educada para encontrar la justificación de la existencia –y de los valores- en la ciencia. Pero Ayala parece ver en la religión un obstáculo para la consecución de este logro utópico.

Entrevistador: - ¿Cree que el rechazo de la teoría de la evolución 150 años después de su formulación es consecuencia de que acabó de destronarnos como Reyes de la Creación, de que Darwin concluyó el trabajo de Copérnico, que nos había echado del centro del Universo?



F. Ayala: -  Exactamente. Ésa es una de las razones centrales: la revolución darwiniana nos quitó del centro del mundo de la vida como la copernicana, que había quitado la Tierra del centro del Universo. Pero hay un paso más: la evolución hace a Dios innecesario. Explicaciones teológicas como las que yo daba antes suelen ser ad hoc. Y hay muchos creyentes de buena voluntad que temen que no sean válidas porque, si el mundo evoluciona por mecanismos naturales, Dios es innecesario. Yo creo que es una buena idea tratar de convencer a esa gente de buena voluntad que hay explicaciones religiosas válidas que, aunque no nos convenzan ni a ti ni a mí, hacen compatible la existencia de un mundo en evolución y de Dios.


Creacionista: Para otras religiones no lo sé, pero para la Católica –de la cuál Ayala se ha desviado– es una herejía decir que es compatible la existencia de un mundo en evolución y Dios. La doctrina Católica, a través del concilio IV de Letrán, el de Florencia, el de Trento y el del Vaticano I, mantiene como certísima la creación en seis días del mundo, creación ex nihilo (sui et subiecti), por solo Dios, como única causa eficiente de la producción de todas las criaturas sin excepción. Esto, evidentemente, es completamente incompatible con cualquier tipo de evolución. En sí la evolución es un término que incluye tanto la evolución cosmológica como la biológica, desde el Big Bang con la producción de átomos, y planetas, millones de años después, luego la materia inerte evoluciona a células vivas, y más tarde originan organismos pluricelulares, hasta finalmente llegar a animales complejos, incluido el hombre.


Entrevistador:- Pero todavía hay sectores fundamentalistas de la Iglesia católica que consideran a Charles Darwin un enemigo y su teoría, un producto del ateísmo.


F. Ayala:- La Iglesia católica, al menos aquí, en Estados Unidos, es la que tal vez está más abierta de manera pública a la evolución. Durante muchos años, yo daba en la Universidad de California la introducción a la biología a los estudiantes que venían del colegio y empezaba por la evolución, porque la biología sólo se puede explicar a partir de ella. Muchos de los quinientos muchachos de clase venían después a decirme que iban a responder en los exámenes lo que yo quería, pero que ellos no creían en la evolución porque eran cristianos, luteranos, metodistas o lo que fueran. De vez en cuando, venía alguno que decía que era católico y yo le animaba a que el domingo siguiente hablara con el cura después de misa y le preguntara si es posible ser católico y admitir la evolución. Me miraba con escepticismo y, a la semana siguiente, venía contento diciéndome que el cura le había dicho que sí, que es posible. Aquí, los sacerdotes católicos están relativamente bien educados. Saben, por ejemplo, que Juan Pablo II dijo, en repetidas ocasiones, que la evolución era compatible con el cristianismo. En otras iglesias lo saben menos, porque carecen de la formación en filosofía y teología propia de los sacerdotes católicos. Los tele-evangelistas, por ejemplo, no tienen ninguna formación teológica. Son grandes oradores, muy convincentes, pero nada más.


Creacionista: El entrevistador parece desconocer que los protestantes renegados y liberales comenzaron a llamar "fundamentalistas" a aquellos cristianos que defendían los principios "fundamentales" del Cristianismo (1. La divinidad de Cristo, 2. Su Virginal Nacimiento, 3. Su Resurrección. 4. La Inspiración de la Escritura. 5. Su Segunda Venida). Según ello, en la Iglesia Católica quien no es así "fundamentalista" está sumido en la herejía, luego es otra cosa, no católico. Pero vayamos a la respuesta del profesor Ayala, que asegura comenzar explicando a sus alumnos el dogma improbado de la evolución. Lo cual supone negar no sólo los principios fundamentales de la teología natural y toda la doctrina católica sobre los Orígenes, sino también principios evidentísimos tanto de la ciencia como de la filosofía (e.g..: el 2º principio de la termodinámica, la inmortalidad del alma, la superioridad de la finalidad del hombre sobre aquella de las bestias...). En cuanto a que Juan Pablo II dijera que «la evolución es compatible con el cristianismo» es una falsa leyenda que conviene aclarar, pues la famosa frase empleada en 1970 por este Papa fue «la evolución es considerada como algo más que una simple hipótesis». De esta sola frase algunos han querido deducir la compatibilidad entre la evolución y la doctrina católica, lo cual es absolutamente falso. En primer lugar el entonces papa estaba hablando de la aceptación general de la evolución por parte de los científicos. Pues es cierto, hay una gran cantidad de científicos que consideran -equivocadamente- la evolución como una "teoría", es decir, como un paso más allá de la hipótesis (en la 'hipótesis' todavía no hay pruebas, en la 'teoría' hay pruebas sólidas). Pero como dice Sto Tomás: la estimación es el más débil de los argumentos de la ciencia. Por otra parte, Juan Pablo II situaba la evolución en el reino de la epistemología y, por tanto, declinaba ser responsable para su evaluación. Y, finalmente, con respecto a que gran parte de los sacerdotes católicos de USA "están bien educados...", yo añadiría "siempre que no hayan caído en el espíritu del comunismo y la masonería" tan abundante en los círculos académicos de los años 1970-80. Algo que ya avisó Pio XII en "Humani Generis", cuando al hablar de la teoría de la evolución dijo: «... de la que se valen bien los comunistas para defender y propagar su materialismo dialéctico y arrancar de las almas toda idea de Dios...» (HG. 3, año 1950).


Para acabar, repasemos algunos puntos del Magisterio de la Iglesia contra la evolución:


* «Si alguien no dice que el Padre hizo todas las cosas a través del Hijo y de Su Espíritu Santo, es un hereje» (Concilio de Roma, 561).
* «Dios ... es el creador de todas las cosas visibles e invisibles, quién, cuando lo deseó, por su bondad creó todas las criaturas, tanto espirituales como corporales...» (Concilio de Florencia, 1441).
* «Nuestros primeros padres fueron formados inmediatamente por Dios. Por consiguiente Nos declaramos que ... aquellos que aseguran que el hombre surgió de un espontáneo y continuo cambio, desde la naturaleza imperfecta a la naturaleza perfecta es claramente contrario a la Sagrada Escritura y a la Fe» (Concilio de Colon.
* «Si alguien no confiesa que el mundo y todos los seres contenidos en él, tanto espirituales como materiales, con sus substancias completas, han sido producidos por solo Dios desde la nada, sea anatema» (Concilio Vaticano I).

miércoles, 24 de marzo de 2010

El paralaje estelar no prueba el movimiento terrestre



El paralaje estelar (anual) es considerado una prueba irrefutable del movimiento traslacional de la Tierra. Uno puede leer enciclopedias, libros, etc. (ver Wikipedia, por ejemplo)... en todos ellos se considera siempre la figura 1-a) como cierta per se. En el paradigma heliocéntrico, el sol S está fijo y la Tierra T gira en sentido antihorario, si observamos desde T (1 Enero) una estrella cercana EC, la cual medida respecto a otra estrella lejana EL, se encuentra 6 meses después (1 Julio) con un desplazamiento máximo . ¿Pero es verdaderamente esto una prueba del heliocentrismo?. No lo es. En el sistema geocéntrico figura 1-b), la Tierra T esta fija en el baricentro del universo, y el sol S va en sentido antihorario desde la posición 1 Enero a la de 1 de Julio. Hay que notar que en el modelo geocéntrico (neo-tychonico) son las estrellas (incluida el Sol) las que giran anualmente como una estructura en torno al baricentro T, en ambos modelos las distancias interestelares se consideran básicamente fijas. Entonces, como puede apreciarse en 1-b), en el modelo geocéntrico aparece el mismo desplazamiento estelar de .

No debería asombrarnos esta coincidencia, pues como ya hemos dicho varias veces, los modelos heliocéntrico y geocéntrico son mecánica y geométricamente equivalentes en todos y cada uno de los aspectos[1]. La equivocación de casi todos los libros está en que en el modelo original de Tycho Brahe las estrellas estaban centradas en la Tierra, y no en el Sol, con lo cual no había paralaje estelar. El propio Tycho fue quien sugirió que se midiese la existencia o no de paralaje anual, pero ello superaba la precisión de los telescopios de aquella época[2], finales del siglo XVI. Por fin, en 1838, Bessel descubrió el paralaje de una estrella, y la cuestión quedó cerrada, irracionalmente, a favor del heliocentrismo. Con esta decisión la Ciencia sufrió uno de los mayores ataques, del cual aún estamos pagando las consecuencias hoy, a comienzos del siglo XXI. Lo único necesario es modificar mínimamente el modelo de Tycho, situando a las estrellas centradas en el Sol. En lo que se llama "modelo Tychonico modificado", este modelo se ha introducido en la Astronomía en tiempos muy recientes, ha sido ampliamente divulgado por la CAI[3], y es también mencionado en algunos círculos académicos[4].

El paralaje y las distancias estelares.

La estrella más cercana, Próxima Centauri, tiene una paralaje de 0.765", correspondiente a 4,3 años-luz (1,31 parsec)[5] . A medida que las estrellas cercanas están más alejadas de la Tierra, el paralaje es menor, y obviamente es más difícil de precisar. Para distancias superiores a 200 parsecs se hace imposible calcular las distancias por el paralaje, llamado 'método de Bessel'. Pero ... ¿hasta qué punto es fiable este método de Bessel para el cálculo de las distancias estelares?.

En realidad el método está basado en dos conjeturas que no están probadas: a) se supone que las dos estrellas que se miden en el telescopio están separadas entre sí por una distancia grandísima; b) se supone que las estrellas tienen un enorme tamaño y están alejadísimas de la Tierra. Pero las estrellas podrían no ser tan grandes, ni estar tan alejadas...

A parte de esto, en el siglo XIX, Bessel como el resto de astrónomos consideraban las estrellas como fijas, sin embargo ahora es conocido que el Sol se desplaza a una velocidad respetable[6], según esto cualquier estrella podría tener una velocidad v importante. Entonces nos podemos encontrar con 27 posibilidades distintas (en el diagrama adjunto hemos dibujado 9 de ellas), la estrella cercana puede estar desplazándose en un sentido o en otro, lo mismo para la estrella lejana, etc. Todas ellas se presentan al observador terrestre como un desplazamiento de la estrella cercana. Pero la cuestión que se plantea al astrónomo es: Ignorando estas velocidades ¿puede inferirse algo concreto al observar por este método el desplazamiento de una estrella en el telescópio?.

 NOTAS:


1. Es una reciprocidad geométrica, en la que coinciden distancias y desplazamientos espaciales y angulares. Otra cosa es cuando se analizan los datos físicos (ópticos/electromagnéticos) observables, en este caso el único modelo defendible es el geocéntrico.
2. Oficialmente, en el siglo XVI, el paralaje 'medido' con los instrumentos imprecisos era nulo, por lo que Tycho Brahe utilizó esta "ausencia de paralaje" para desacreditar el incipiente modelo heliocéntrico. Fue en 1838 cuando por primera vez, F. Bessel midió el paralaje estelar de la estrella 61 Cygnus, lo cual fue celebrado por los antisistema como la consecución de la 'gran prueba' a favor del heliocentrismo.
3. Robert Sungenis & Robert Bennett en "Galileo was wrong, the Church was right", de la Catholic Apologetic International Publishing.
4. Universidad de Illinois, Physics 319, Spring 2004. Lecture03, p.8. La misma explicación para el paralaje estelar que la presentada aquí ha sido defendida por el astrónomo Gerardus Bouw, quien también ha acuñado el término "modelo Tychonico modificado".
5. El parsec es una medida astronómica (parallax of one arc second), o sea, equivalente al paralaje de un arco segundo, medido desde la Tierra con amplitud máxima Enero-Julio. Es equivalente a 3,26 años-luz.
6. Los astrofísicos consideran al Sol, y a todo su sistema planetario, moviéndose por el espacio con una velocidad de 250 km/s. Pero este presunto movimiento no está todavía suficientemente aclarado.

martes, 16 de marzo de 2010

La columna geológica ha caído

Con el artículo de Guy Berthault [1] en "Lithological and Mineral Resources" (2009)[2], órgano de la Academia Rusa de Ciencias, se ha puesto fin a la escala de tiempo geológica clásica. A partir de ahora, mantenerla es ir contra la evidencia científica, sus gigantescas épocas ya no tienen sentido. Hay que regresar a la teoría Neptunista.

 En 1687 el médico y naturalista danés Nicolai Steno (también llamado Niels Stensen) tras realizar un intenso estudio de campo a través de cuevas, minas, fallas, etc. escribió un libro, de complicado titulo[3], en el que proponía las leyes básicas de la estratigrafía: 1) Cada estrato ha sido formado al depositarse un fluido sobre una superficie subyacente. 2) Cada estrato es continuo y aproximadamente horizontal. 3) La superposición de los estratos se realiza a través de las edades. 4) Cualquier desviación es debida a alteraciones posteriores, terremotos, erupciones volcánicas etc. En 1785 James Hutton, considerado el fundador de la geología moderna, hizo modificaciones a esta hipótesis, indicando que el interior de la Tierra está caliente y que ese calor es el motor que impulsa la formación de nuevas rocas, pero mantenido la idea básica de Steno de la superposición y continuidad de los estratos por todo el mundo. Esta teoría se denominó Plutonista en contraste con la Neptunista, que hasta entonces consideraba que todas la rocas se depositaron a la vez en el transcurso de una inmensa inundación, el Diluvio Universal. En 1830, el escocés Charles Lyell observó los restos que se iban depositando en el agua, en Auvergne (Francia), y estimó que anualmente se depositaba un microestrato de espesor inferior a un milímetro. Esto llevaba a concluir que las formaciones de estratos habían necesitado millones de años. La identificación de estratos por los fósiles que contienen, realizada por geólogos como William Smith, Georges Cuvier, Jean d'Omalius d'Halloy ... a principios del siglo XIX, posibilitó dividir la historia de la Tierra, según ellos, con gran precisión. También les permitió correlacionar los estratos a lo largo y ancho del mundo. Estos geólogos pensaban que si dos estratos distantes en el espacio o diferentes en su apariencia contienen los mismos fósiles, tenían la práctica seguridad de haber sido depositados al mismo tiempo. Los estudios comparativos de los estratos y fósiles de Europa que se realizaron entre 1820 y 1850 dieron lugar a la secuencia de períodos geológicos que se ha estado utilizando hasta el día de hoy.

Los organismos de una célula "primitivos" se suponía que habrían evolucionado de el Precambriano y que toda la familia (Phyla) de animales evolucionó en el período Cámbrico, incluso los vertebrados. La era Mesozoica habría sido la era de los grandes reptiles, con aves y mamíferos proliferándose en el Período Terciario. Esta escala especula que el hombre evolucionó en la época del Pleistoceno del Período Cuaternario, o en la época Pleistocena del próximo Terciario. Estas eras están tabuladas en coloristas tablas que relacionan capas con épocas millonarias de años. Pero faltaba un detalle, esta especulación no había sido probada nunca en un laboratorio, algo comprensible pues en los siglos XVIII y XIX no tenían la tecnología necesaria para realizarlo. Mientras tanto los paleontólogos, al encontrar un fósil en un determinado estrato, consultaban en la columna geológica[2] y extraían de ella la millonada de años de antigüedad para dicho fósil.

En 1980, el mismo año en que los paleontólogos admitieron su fracaso en la búsqueda de los eslabones perdidos, en el estado de Washington (USA), tuvo lugar una gran erupción volcánica. El volcán Mount St Helens[4] explotó. Esta catástrofe local proporcionó un laboratorio sedimentológico natural. La primera explosión fue lateral, lo cual unido a un corrimiento de tierras ocasionó que el agua del Lago Spirit se proyectase hacia la cima de una montaña próxima. Al volver a bajar, el agua arrastró la ladera entera. La aglomeración del material trasladado era de un espesor de hasta 100 metros. Detrás de este material se acumuló el agua mezclada con ceniza volcánica, formando un nuevo lago. Al cabo de unas semanas, la presión ejercida por este agua “lechosa” sobre el nuevo terreno ocasionó la ruptura de éste y el vaciamiento del lago. El derramamiento de esta agua lechosa por el valle causó más daños que la propia erupción inicial. Apareció un cañón de 40 metros de profundidad en el nuevo terreno. Cuando todo se estabilizó, resultó que la masa terrestre recién acumulada había formado capas.  Y he aquí que se produjeron estratos horizontales. Si no fuera por el hecho de que sabemos que la acumulación ocurrió aproximadamente en 36 horas, mediante la columna geológica dataríamos estos estratos en millones de años. Esta catástrofe movió a los científicos a estudiar el mecanismo de formación de estratos en laboratorios hidráulicos.
Cuando el agua arrastra una mezcla de varios materiales, va segregándolos durante el proceso. Esto puede observarse cómodamente tras una ventana en el laboratorio. El mayor de estos laboratorios pertenece a la Universidad del Estado de Colorado, y es allí donde se han hecho los descubrimientos más importantes en este campo.  Esto ha llevado al desarrollo de una nueva disciplina, la Paleohidráulica. Se puede intentar reproducir en laboratorio las condiciones hidráulicas que actuaron sobre las mezclas de material recogidas en el campo para obtener secuencias estratigráficas similares a las de la naturaleza. Por las simulaciones realizadas en laboratorio queda probada definitivamente la falsedad del paradigma estratigráfico de la columna geológica. Los estratos no están asociados a ninguna cronología. Lo que realmente resulta es que cuando el agua arrastra algo, primero suelta los elementos más pesados, después los medianos y finalmente las partículas más pequeñas, que circulan por encima de las mayores alcanzando un desplazamiento más largo . Este derrame de materiales ocurre simultáneamente, no es necesario millones de años. El resultado de una inundación es que lo que se transporta más lejos se deposita más lejos y en consecuencia más profundamente.  La reducción posterior de la velocidad de la corriente provoca que las partículas pequeñas se depositen finalmente. En realidad, un cambio en la velocidad de la corriente hace que se forme una capa encima de otra ya depositada, en oposición manifiesta a las leyes de Steno. La columna geológica está, por tanto, basada en principios erróneos, y las conclusiones extraídas de su escala quedan completamente invalidadas.

En los experimentos llevados a cabo en el laboratorio, se observa que las partículas se ordenan según su tamaño. Al mezclar granitos finos de cuarzo (de tamaño 'arena'), con trozos de calcita y piedras de carbón, se observa que las partículas finas se interponen entre las partículas bastas, que circulan rodando. De esta manera se obtiene el orden a nivel de microescala. En aguas serenas, el depósito continuo de sedimentos heterogranulares hace surgir laminas, que desaparecen progresivamente a medida que se incrementa la altura de la caída de partículas en el agua. En aguas con fuerte corriente, aparecen muchos tipos relacionados de laminación. Modulando en el laboratorio la velocidad de la corriente, se puede llegar a conseguir la superposición de partículas segregadas deseada. O viceversa, de acuerdo a la configuración de los estratos se puede estimar las corrientes de agua que los han producido.


Con la experiencia del estudio de los depósitos de los deltas de los ríos, así como de los experimentos realizados por Guy Berthault en el laboratorio hidráulico, el geólogo Steve Austin se dispuso a estudiar el "Gran Cañón" del río Colorado (ver la imagen de arriba), una estructura geológica que se extiende por varios cientos de kilómetros, con una profundidad que llega hasta los 600 metros. Concentró su investigación en la formación llamada Tonto Group. Las conclusiones del análisis paleohidráulico de esta estructura mostraron que su formación, no llevó los 13 millones de años que indica la columna geológica, sino que surgió en menos de cincuenta días. Austin indica que si se reconociera el error de la columna geológica, entonces podría explicarse por qué la misma clase de sedimento se habría depositado continuamente durante cientos de miles, o millones de años, algo que ahora no es comprendido. Para él, está claro que la formación de esta masiva estructura rocosa, junto a la enorme acción erosiva, es consecuencia directa del Diluvio de Noe. En su trabajo, Austin explica detalladamente la formación de cada estrato, indicando la procedencia de los detritos, la velocidad de la corrientes, etc.

 NOTAS:


1. Guy Berthault viene experimentando la deposición de sedimentos producidos por el flujo de corrientes de agua, en el laboratorio hidráulico (Fort Collinns) de la Universidad del Estado de Colorado .
2. Berthault G., Analysis of the main principles of stratigraphy on the base of experimental data. "Journal of Lithology and Mineral Resources", Institute of Geology, Russian Academy of Sciences. (Vol. 37. September/October 2002, pp 442-446).
3. El título del libro es De Solido Intra Solidium Naturaliter Contento Dissertationis Prodromus. Llamado "el Prodromus".
4. La erupción tuvo lugar en la mañana del 17 de mayo de 1980..

viernes, 12 de marzo de 2010

Equivalencia entre el Sistema heliocéntrico y el geocéntrico



Voy a intentar explicar la equivalencia del modelo de Kepler (Copérnico modificado) y el de Tycho modificado, algo que jamás se explica en los libros. En el modelo Copernicano (Kepler) se considera el Sol inmóvil en el punto focal S1, mientras que la Tierra recorre, en sentido antihorario, la trayectoria elíptica de la izquierda. En el Tychoano, la Tierra está inmóvil en el punto focal T1[1] de la elipse derecha, mientras que el Sol describe en sentido antihorario la elipse de la derecha.

La distancia Tierra-Sol no es constante, la distancia más corta (perihelio) es cuando los astros están en los focos S1-T1. La línea que une S1-T1 se llama "línea de los ápsides". La distancia más larga (afelio)[2] es cuando el astro en movimiento está en el punto de corte de la elipse con esa línea de los ápsides. Desde la perspectiva heliocéntrica, consideremos que la Tierras se encuentra en el perihelio T1, desde la tierra observamos al sol situado en un lugar de la eclíptica, digamos una Longitud Celeste [3] L = 300º, en Capricornio. Un mes después, la Tierra se halla en T2, y veríamos al sol aproximadamente con una longitud de L = 330º, ya en Acuario. Unos dos meses más tarde, la Tierra se hallaría en T3, y veríamos el sol con una longitud de L = 0º, entrando en Aries.

Ahora utilicemos el sistema tychoano modificado. La Tierra está fija en T1, el que se mueve es el Sol (con el resto de planetas orbitándolo), cuando el sol está en el perigeo S1[2], nosotros le vemos en L=300º (igual que en el modelo de Copérnico). Un mes más tarde, el sol está en S2, y nosotros le vemos en L=330º (en la mismísima posición que en el Copernicano), observad que las dos líneas azules son paralelas, por tanto los desplazamientos angulares son iguales. Dos meses más tarde, el sol estaría en S3 con L=0º entrando en Aries (idéntico al modelo de Copérnico). Las dos líneas rojas son paralelas.

En definitiva, los dos sistemas son geométrica y cinemáticamente equivalentes. Si ahora dibujásemos además del Sol y la Tierra, también la Luna y el resto de planetas, en ambos sistemas equivalentes, aunque el gráfico se complicaría bastante, se puede comprobar que tanto las distancias, como los desplazamientos espaciales, y los angulares son idénticos. Conclusión: los modelos heliocéntrico y geocéntrico (convenientemente modificados con orbitas elípticas) son absolutamente equivalentes. Ahora vayamos a cuestiones y respuestas.

Cuestión 1: Pero, según las leyes de Newton, ¿no tiene que rotar siempre el cuerpo menor en torno al mayor?

Respuesta: Ese fue el principal argumento utilizado por Galileo en su proceso, pues él veía girar a los satélites de Júpiter, sin embargo era un argumento falso. Newton no dijo nunca eso, al analizar sus leyes se desprende que en un sistema de n cuerpos, todos ellos se moverán con respecto al centro de masa, el cuál estará fijo. Pero Newton reconoció que si la Tierra se hallase en el preciso centro de masa, entonces sería el Sol el que rotaría. entorno a ella. Newton no tenía forma de calcular el centro de masa del sistema solar más todos los astros y estrellas periféricas. Lo que hizo Newton fue restringir su estudio al caso de dos cuerpos ideales, en ausencia del resto del universo.

Cuestión 2: Pero las fases de Venus ¿no descartan al geocentrismo?.

Respuesta: Otro argumento ingenuo utilizado por el mismo Galileo en el año 1610. Al observar con telescopio a Venus, un planeta interno (situado entre el Sol y la Tierra), se observan fases como la luna (creciente, menguante), pero según decía, el sistema geocéntrico –de Ptolomeo– no se pueden observar. Esto, en todo caso, descartaría al modelo geocéntrico de Ptolomeo y no al tychoano modificado, donde se comprueba fácilmente la existencia de idénticas fases que para el copernicano modificado. Pero el error de Galileo, en este caso era doble, pues también el sistema de Ptolomeo conlleva fases en Venus, la pega estaba en que en los gráficos dibujados por Ptolomeo –la versión que disponía Galileo y otros astrónomos– no estaba dibujada la orbita de Venus, ni ninguna otra, a escala (Ptolomeo ignoraba la distancias entre planetas), pero dibujando las orbitas correctamente, sí hay fases de Venus en el sistema de Ptolomeo. Hay que excusar este error de Galileo, porque otros astrónomos y astrofísicos modernos –incluido Stephen Hawking– también cayeron en similar error[4].

Cuestión 3: Pero el movimiento retrogrado de Marte ¿no prueba el heliocentrismo?.

 Respuesta: No. Aunque ésta sea una de las 'pruebas' favoritas de las webs que apoyan –irracionalmente– al heliocentrismo. Al observar en el cielo la trayectoria de Marte, efectivamente, se comprueba que después de recorrer la eclíptica durante largo tiempo en un sentido, de pronto cambia el sentido y retrocede durante un tiempo. Es lo que se llama "movimiento retrogrado" o epiciclos de Marte. Los heliocentristas explican este hecho afirmando que la Tierra se traslada más rápidamente que Marte en su órbita, y llega un momento, cuando ambos están en su mayor cercanía, sucede que Marte se está aproximando pero aparece como fijo, y luego aparece retrocediendo, no recuperando Marte su movimiento de avance hasta que vuelven a alejarse los dos. Así algunos libros y webs hacen gráficas y animaciones de este hecho, diciendo que esto es una prueba del movimiento terrestre, e indicando erróneamente que con la Tierra fija no se produce este efecto. Sin embargo, para comprobar la falsedad de esta afirmación, podéis ver una animación de tal movimiento en el geocentrismo. ( Ver http://www.euskalnet.net/jcgorost/creacionismo/epiciclos.gif)

Cuestión 4: Pero realmente ... ¿no hay ninguna prueba a favor del heliocentrismo?.

Respuesta: Ni una sola. El geocentrista Dr. Robert Sungenis, presidente de Catholic Apologetics International, ha mantenido desde 2004, un reto a los heliocentristas, ofreciendo 1000 dólares por cada prueba que le expusieran favorable al heliocentrismo argumentada racionalmente. No ha tenido que pagar ni un céntimo, aunque le plantearon varias. En cambio, todas las evidencias de cientos de experimentos del estilo Michelson-Morley, han mostrado más allá de toda duda que la Tierra está inmóvil en el cosmos. Si se mantiene el heliocentrismo es por motivos ideológicos ajenos a la Ciencia, los mismos que mantienen contra viento y marea el evolucionismo de Darwin.

 NOTAS:

1. La luna está orbitando en torno a la Tierra. El sol, a su vez, orbita la Tierra a través de una elipse, y el resto de planetas orbitan en torno al sol.

2. Desde el punto de vista geocéntrico, estos puntos se llaman perigeo y apogeo.

3. En coordenadas eclípticas la longitud celeste se mide en grados desde el punto Aries.

4. Stephen Hawking and Leonard Mlodinow. "A Briefer Story of Time". 2005. pp. 9-10.

sábado, 6 de marzo de 2010

Crítica a a un Timo Escéptico

Replica al "El Creacionismo ¡vaya timo!"
  El Astrofísico Javier Armentia, en colaboración con la sociedad de escépticos ARP[1], está dirigiendo una publicación de libros denominados «tema X... ¡vaya timo!» (Editorial laetoli[2]). Los temas son de lo más variado, y quizás alguno de ellos sea de recomendable lectura ("El psicoanálisis ¡vaya timo!", "Los ovnis ¡vaya timo!", "El yeti ¡vaya timo!",...), pero en la misma colección se halla insidiosamente el titulado "El creacionismo ¡vaya timo!" que yo me he molestado en leer, en un intento de descifrar la retorcida mentalidad del evolucionista ateo.Por Internet no se encuentran mas que alabanzas y felicitaciones a esta colección en general, y al del 'creacionismo' en particular. Pero realmente ¿es loable este libro...?, o ¿es en el fondo el libro, al igual que la evolución, un verdadero TIMO.  Pasemos a comentarlo. 

miércoles, 3 de marzo de 2010

El sorpendente experimento de Airy


En la batalla por descifrar si la tierra se hallaba fija o no en el espacio el experimento de Airy (1840) tiene una importancia especial. Como veremos, lo que demuestra este experimento es la velocidad nula de la Tierra respecto al éter, sin embargo, los heliocentristas, en su intento por continuar manteniendo el sistema de Copérnico, hicieron extravagantes conjeturas (constante de arrastre de Fizeau...), lo cual les obligaría a realizar experimentos complementarios del tipo de "Michelson-Morley". Experimentos que al fin y al cabo también confirmarán la v=0 de la Tierra. Pero los heliocentristas no se rinden jamás.